La leyenda cuenta
que en este Con se aparecía en la mañana de San Juan una viejecilla de largo
cabello blanco que se ponía a cocinar mientras una gran serpiente enrollada
descansaba a su lado sin causarle mal alguno. También se decía que cuando el
Sol salía, en esa mañana solsticial, se ponía a bailar sobre la cabeza de
aquella misteriosa mujer. Otra leyenda narra el fabuloso encuentro de un vecino
de la zona con la misteriosa moura. La
leyenda dice que en estos lares vivía un
hombre llamado Manolito” O Currutaco” que era muy valiente y arriesgado.
No le
tenía miedo a nada ni a nadie. Cuentan que un día llegó a la aldea un paragüero
viejo. El paragüero, al enterarse de la fama de Manolito “O Currutaco”, le dijo
que, si era cierto que no conocía el miedo, fu5se una noche de Luna llena al
Con da Romaíña y que esperase allí a que la campana de la iglesia diese las
doce de la noche. Pasadas dos semanas llegó
una noche de Luna llena, así que Manolito se dirigió hasta el Con y allí
aguardó a que la campana diese las doce de la noche. Cuando sonaron las doce
campanadas se abrió una puerta en la gran roca de la que salió una moura, la
cual le dijo a Manolito que era una mujer encantada y que cuando él encontrase
el tesoro escondido en la roca ella quedaría libre del encantamiento. La moura
guió a Manolito al interior del con llevó ante el tesoro pero cuando éste le
iba a echar la mano la moura se convirtió en una inmensa serpiente que se le
echó encima. Manolito, hombre fuerte y valiente, la agarró por el cuello y
empezó a estrangularla. Cuando terminó la pelea, Manolito estaba agotado y
muerto de miedo pero aún tuvo la fuerza para hacerse con el tesoro. Salió
corriendo escaleras arriba hacia la salida de la roca pero cuando llegó a lo
alto comprobó con horror que la puerta de la roca estaba cerrada. Fue así como
Manolito “O Currutaco” acabaría muriendo al quedar encerrado para siempre en el
interior del Con da Romaíña.
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